En el siglo XVIII, los comerciantes de Burdeos solían acudir a los propietarios antes de la cosecha para estimar y comprar la cosecha en el campo. Estas "ventas de tallo" son los antepasados ​​de las primeras ventas.

Este sistema ha sobrevivido durante siglos a pesar de los períodos de crisis y euforia en el mercado del vino en Aquitania. En 1975, se creó la Union des Grands Crus Classés. En 1982, el barón Philippe de Rothschild, que había creado un precedente al embotellar su vino en el castillo, innovó al tener su vino todavía en barrica hacer lo probar en abril.

Los críticos y los medios de comunicación aprovechan el tema, la degustación y la venta de los Primeurs  se convierten en una institución, los profesionales de todo el mundo vienen a Burdeos a principios de la primavera para probar la cosecha.

Si la venta anticipada de hoy solo concierne del 3 al 4% de las ventas de Burdeos (alrededor de 200 añadas, las primeras 50 de las cuales venden toda su cosecha temprana), sin embargo, tiene un efecto significativo en los castillos pequeños dependiendo del Mercado de grandes marcas.

La calidad de la vendimia en cuestión.

Cualquier campaña de "Primeur" se basa en la supuesta calidad de la cosecha, revelada por críticos internacionales reunidos en masa en Burdeos. Los precios de salida de los vinos resultan y los comerciantes los usan para comprar. Productores, intermediarios, comerciantes, prensa especializada, todos tienen interés en que la cosecha sea cara ... y el aficionado paga entre un 20 y un 30% menos por su deseo de prestigio.
En cuanto a los vinos considerados excepcionales, alcanzan nuevas alturas y se venden de 2 a 3 veces más caros unos meses después.

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